jueves, 18 de agosto de 2011

El Jardìn Zen

Un maestro zen le pidiò a su discìpulo que limpiara el jardìn del monasterio. El discipulo limpiò el jardìn y lo dejò en un estado impecable. El maestro no quedò satisfecho. Le mandò hacer de nuevo la limpieza una segunda vez, luego una tercera. Desalentado el pobre discìpulo se quejò:
-Pero maestro, no hay nada màs que poner en orden, que limpiar en este jardìn! ¡Todo està hecho!
-Falta una cosa- respondiò el maestro.
Sacudiò un àrbol y algunas hojas se desprendieron, tapizando el suelo.
- Ahora el jardìn està perfecto- concluyò.


Hay un aspecto ordenado de lo mental que permite al intelecto trabajar dentro del orden y un aspecto desordenado que permite al inconciente manifestarse. El orden perfecto sòlo existe al lado del desorden. El orden total de un jardìn mata al jardìn.

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